Seguro también tú tuviste un libro de ciencias naturales o de geografía cuando cursaste la primaria, y si bien tampoco lo olvidaste, ahí se plasmaban unas imágenes que explicaban las formaciones de nuestro planeta tierra, sus ciclos naturales, sus movimientos y todos esos cambios “que sufría” el mundo.
Con todo esto se creía que seguramente todas esas imágenes y descripciones pasaban en los polos del planeta, en países lejanos, o del otro lado del mundo por allá, por esos lugares donde sí había una sobrepoblación.

Conforme fue más consciente la situación resultó que los libros no mentían, el cambio climático que “estudiamos” se sentía cada vez más, no solo pasaba en algún otro lugar del mundo, sucedía aquí en el país donde las temperaturas se elevan, las sequías era más visibles, inundaciones recurrentes, la contaminación entre otras situaciones.
Según una información oficial por un documento de la convención Marco de las Naciones Unidas de 1990 sobre el cambio climático, este se refiere a
“Efectos adversos y se entiende los cambios en el medio ambiente físico que tienen efectos nocivos significativos en la composición, la capacidad de recuperación o la productividad de los ecosistemas naturales o sujetos a ordenación, o en el funcionamiento de los sistemas socioeconómicos, o en la salud y el bienestar humano.”
Con todo lo anterior sigue siendo cool escuchar ¿un cambio climático?
Sinceramente ni siquiera yo tengo la respuesta, como seres humanos que percibimos cambios y reacciones este en específico me causa intriga pues nuestro hogar se encuentra en peligro, llama a gritos con auxilio que la humanidad responda y actuemos para mantener sano nuestro espacio, el lugar en donde coincidimos con otros seres vivos.
Nos enfrentamos a un gran reto pero sin duda también estoy muy motivada por inspirarme de otros movimientos que trabajan por acciones que suman a las soluciones para mitigar “El cambio climático”, siempre he creído que una acción es más importante que la más grande intención.
Autora: Orquídea Ambriz