Escrito por Andy y Publicado por Delphine
Desde hace más de 20 años se comercializan y consumen transgénicos alrededor del mundo sin efectos adversos a la salud o al medio ambiente, sin mencionar que durante miles de años se crearon de manera totalmente natural, no obstante, estos organismos modificados siguen siendo sanitizados por muchos… ¿por qué?
Son varias las razones por las que los avances científicos y tecnológicos en ocasiones no son aceptados por parte de la sociedad; lo desconocido genera miedo y el miedo genera rechazo. Aunado a esto, la información suele ser poco accesible, incompleta o incluso distorsionada. Las personas se muestran reacias a la evidencia científica. Ejemplo de esto son los grupos antivacunas, los terraplanistas y los que se niegan a creer en el cambio climático; así, el tema de los transgénicos no se queda atrás.
En concreto, se suele escuchar que los transgénicos causan cáncer, que su producción y cosecha aumentan el uso de agroquímicos y que no es una tecnología sostenible. Estas afirmaciones son falsas.

Para entender bien esta tecnología, primero es necesario definir los siguientes conceptos:
Gen: Segmento corto de ADN donde se encuentra almacenada la información genética heredable.
Transgénico: Aquel organismo que, mediante diferentes técnicas de ingeniería genética, se le transfieren genes provenientes de otro organismo con la finalidad de incorporarle nuevas y mejores características.
Transgénesis: Proceso por el cual se transfieren genes de un organismo a otro.
Es importante mencionar que «transgénico» y «organismo genéticamente modificado» (OGM) no son sinónimos, pero sí tienen cierta dependencia. En un OGM, la modificación no viene necesariamente debido a un gen externo, sino de los genes propios del organismo. De esta manera, un transgénico siempre es un OGM, pero un OGM no siempre es un transgénico.
Desde hace miles de años, el hombre ha utilizado la domesticación y el mejoramiento genético de las plantas, por ejemplo, con el maíz o el café. Los cultivos transgénicos que se usan actualmente en el campo implican una tecnología perfeccionada, más avanzada y segura que las anteriores.
Es preciso señalar que la transgénesis es un fenómeno natural que ha ocurrido desde el origen de la vida y seguirá ocurriendo en la naturaleza, independientemente de los OGM de laboratorio. Estos últimos simplemente son construidos imitando la transgénesis natural. Un ejemplo de este evento de la naturaleza son las bacterias fotosintéticas primitivas, las cuales transfirieron sus genes a las plantas y son responsables de que éstas sean capaces de realizar la fotosíntesis.
Los genes son parte de la biodiversidad y la creación de transgénicos es posible debido a que los organismos son capaces de incorporar genes de diferente origen en su propio material genético.
Como expresa el investigador mexicano Francisco Gonzalo Bolívar Zapata (2017):
“Los cultivos transgénicos son plantas que se construyen utilizando procesos y herramientas que existen en la naturaleza, imitándola, y por ello no son antinaturales, como algunos grupos argumentan, sino completamente naturales”.

Existen muchos mitos alrededor de los transgénicos y es necesario desmentirlos. La biotecnología y los transgénicos usados responsablemente no representan ningún daño a la salud, a la biodiversidad o al medio ambiente; al contrario, algunos de los objetivos y beneficios de esta tecnología, por ejemplo, tienen que ver con los efectos de la reducción en el uso de agroquímicos, así como la remediación y monitoreo ambiental; además de los beneficios económicos con la disminución en las pérdidas debidas al ataque de insectos y malezas, y la reducción de costos de producción.
Dos de los tipos de transgénicos más comercializados son los resistentes a insectos y los resistentes a herbicidas. En los primeros, se insertan genes con capacidades bioinsecticidas que le confieren a la planta resistencia a plagas; estos genes, que provienen de la bacteria Bacillus thuringensis, son tóxicas para los insectos plaga. Estas plantas transgénicas contribuyen a la conservación de insectos benéficos no plaga, dado que los insecticidas químicos eliminan todo tipo de insectos, entre ellos, los polinizadores como las abejas; además, estos insecticidas contaminan suelos y mantos freáticos. Al utilizar plantas resistentes a plagas, el uso de insecticidas químicos es menor.

Por su parte, los cultivos con resistencia a herbicidas están diseñados para eliminar hierbas malas que crecen y compiten con los cultivos en el campo, disminuyendo su productividad. Con estos organismos genéticamente modificados, se reduce la cantidad de herbicida necesaria para el control de malezas, hay una mayor disponibilidad de agua y nutrientes para las plantas y se reduce el consumo de los recursos agrícolas en el campo. Así como los cultivos resistentes a insectos, éstos contribuyen, de forma indirecta, a la reducción en los gases de efecto invernadero.
Las plantas transgénicas se comercializan desde 1996, tras más de 20 años de uso, no existe evidencia científica de daño alguno a la salud o al medio ambiente. Al contrario, hay vasta evidencia (más de 1800 publicaciones) que sustenta la inocuidad y los beneficios de estos organismos. Entre esta destacan:
DECLARACIÓN A FAVOR DE LA AGRICULTURA DE PRECISIÓN Y DE LOS OGM (2017). Este documento fue firmado por 123 premios Nobel, en su mayoría de Medicina, Química y Física.
DECLARACIÓN A FAVOR DE LA BIOTECNOLOGÍA AGRÍCOLA Y DE LOS OGM (2012). Firmada por 25 premios Nobel.
REPORTE DE LAS NASEM SOBRE PLANTAS DESARROLLADAS POR INGENIERÍA GENÉTICA (2016).
REPORTE DE THE ROYAL SOCIETY SOBRE PLANTAS GENÉTICAMENTE MODIFICADAS (2016).
REPORTE DEL CONSEJO ASESOR DE LAS ACADEMIAS DE CIENCIAS DE EUROPA RESPECTO AL USO DE LAS TECNOLOGÍAS DE MEJORAMIENTO GENÉTICO (2013).
DECLARACIÓN DE LA AAAS SOBRE LA SEGURIDAD DE LOS OGM (2012).
LIBRO DEL COMITÉ DE BIOTECNOLOGÍA DE LA ACADEMIA MEXICANA DE CIENCIAS SOBRE EL USO RESPONSABLE DE LOS OGM (2011).
REPORTE DE LA COMISIÓN EUROPEA SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA BIOTECNOLOGÍA (2010).
REPORTE DE LAS NASEM SOBRE CULTIVARES GENÉTICAMENTE MODIFICADOS (2010).
REPORTE DE LA PAS SOBRE LAS PLANTAS TRANSGÉNICAS Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA (2009).
REPORTE DE THE ROYAL SOCIETY Y OTRAS ACADEMIAS DE CIENCIAS SOBRE PLANTAS TRANSGÉNICAS Y AGRICULTURA (2000).

Es importante mencionar que todo cultivo transgénico pasa por un proceso riguroso de análisis y pruebas, para su posterior aprobación en caso de que se demuestre su inocuidad. En México, estos procesos se rigen según el Protocolo de Cartagena (documento propuesto desde la Organización de las Naciones Unidas), el Protocolo de Nagoya-Kuala Lumpur, la Ley General de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados y la Ley General de Salud.
El cometido de los transgénicos (y en general de todos los avances científicos) es el beneficio de la sociedad a través de la atención de las necesidades y problemas a los que nos enfrentamos. No debemos caer en los mitos y en la desinformación; las plantas transgénicas son el camino hacia un futuro sostenible.
Fuentes y otras referencias: Bolívar Zapata, F. G. (2017). Transgénicos: grandes beneficios, ausencia de daños y mitos. Ciudad de México: Academia Mexicana de Ciencias. | Bonny, S. (2011). Herbicide-tolerant Transgenic Soybean over 15 Years of Cultivation: pesticide use, weed resistance and some economic issues. Sustainability, 3, 1302-1322. doi:10.3390/su3091302. | Díaz Guillén, F. (2010). El proceso de domesticación de las plantas. Casa del tiempo. UAM. | Martínez T., Miguel, & Cabrera P., José L., & Herrera E., Luis (2004). Las plantas transgénicas: una visión integral. e-Gnosis. | Quiroz Chávez, J., García Pérez, L. M., & Quiroz Figueroa, F. R. (2012). Mejoramiento vegetal usando genes con funciones conocidas. Ra Ximhai, 8(3), pp. 79-92.